Hay muchas razones por las que a un gato no le gusta su caja de arena. Una de las razones más importantes, y afortunadamente la más fácil de remediar, es que la caja de arena esté simplemente sucia. Nuestros amigos felinos aguantan mucho en cuanto a hábitos de limpieza de la caja de arena poco rigurosos, pero en algún momento todo gato se detendrá y dirá “¡no puede ser!”
Limpieza de la caja de arena para gatos: ¿Con qué frecuencia es mejor?
A algunos gatos, al igual que a algunas personas, les molestan más las condiciones insalubres y dejarán de usar sus cajas de arena antes que otros gatos. Las cajas de arena sucias y sin vaciar son el equivalente gatuno a ese baño público con papel higiénico por todo el suelo y los inodoros sin tirar de la cadena: ¡tampoco querrías utilizarlo! Una extensión de este problema es tener muy pocas cajas de arena para sus gatos; la regla general es tener al menos una caja de arena más que el número de gatos en la casa.
Las cajas de arena deben recogerse al menos una o dos veces al día, y es aún mejor si puedes llegar a ellas tan pronto como tu gato haya terminado de hacer sus necesidades. Existen areneros autolimpiables que utilizan un sensor para saber cuándo el gato ha entrado y salido de la caja. Si bien son excelentes para mantener el ritmo de las tareas de recogida para las personas, tienden a asustar al menos a algunos gatos para que no utilicen su caja de arena y no serían una buena opción para un gato tímido. Además de la recogida diaria, es importante cambiar la caja de arena con regularidad (dos veces a la semana en el caso de la arena no aglomerante, y mensualmente en el caso de la arena aglomerante) y lavarla con agua y jabón. Las cajas de arena de plástico también deben cambiarse una vez al año, ya que los arañazos que suelen sufrir durante su uso regular pueden retener olores y residuos.

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